A quien gobierna en la caverna, la luz le fastidia

A quien gobierna en la caverna, la luz le fastidia

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De noche, especialmente, es hermoso creer en la luz. Platón

Uno de los diálogos de Platón en la República ha sido conocido como el Mito de la Caverna, hombres atados desde el nacimiento con una cadena al cuello, alegoría de pueblos sometidos a la oscuridad de la ignorancia, donde sólo ven la realidad que les consume a través de sombras que se proyectan frente a sus ojos, con una hoguera a la espalda, con una luz más difícil de alcanzar a la entrada de la cueva, inaccesible para el pueblo encadenado que le teme al resplandor y desconfiando del que se libere y pretenda con el conocimiento mostrarles que hay una hermosa nueva realidad que merece ser vivida.

Nuestra realidad está llena de oscuridad, las cadenas que nos impiden acceder a la luz, la libertad, la educación, la democracia han sido forjadas en la exclusión y la violencia. Personas abyectas gozan de imponer las sombras, la superstición y la ignorancia, se nutren de ellas y aunque puedan acceder a la luz del conocimiento, a la sabiduría que les permitiría superar su condición de verdugos, prefieren mantenerse de espaldas imponiendo la muerte, la guerra, la corrupción. Porque la luz de la virtud, la luz de la justicia, la luz de la paz, les enceguece.

Donde gobierna la oscuridad la única verdad que se permite es la que proyectan las sombras. Afirma Platón que “La civilización es el triunfo de la persuasión sobre la fuerza”, ¿pero cómo accedemos a ella, si nos dormimos repudiando una masacre de niños y nos despertamos con una masacre mayor de jóvenes?. ¿Cómo liberarnos del terror y de la miseria y hacer propio como destino nacional estos dos objetivos centrales de la Declaración Universal de Derechos Humanos, liberarnos del terror mediante un Estado de Derecho y de la miseria con una democracia social? He venido escribiendo mi indignación ciudadana en mi libro Sombras y Luces de la Democracia, en artículos y en una cuenta de twitter que no llega a los 13 mil seguidores.

Ingenuamente creía que mi palabra imperceptible, casi anónima, no molestaría a nadie, unos cuantos párrafos deshilvanados que he publicado pretendiendo que sean pequeños destellos para ayudar al que quiera ser ayudado a transitar fuera de la caverna, fuera de la oscuridad, a liberarse de sus cadenas. Me equivoqué, de repente si he molestado al poder de las sombras. El viernes 31 de julio de 2020, me advirtió una amiga desde Barcelona, que estaba escuchando la W Radio, que la periodista María Isabel Rueda, me había dedicado su editorial que el medio tituló “un agitador político con toga de magistrado” y lo publicó en sus redes para cuestionar un trino mío donde recriminaba al Presidente de la República.

Pedí el derecho a réplica tanto telefónicamente, como por escrito, publiqué mi reclamo en mi cuenta @LuisGPerezCasas y como reacción, me pidieron mi cuenta de correo personal porque quería escribirme el Director de la emisora Julio Sánchez Cristo, ingenuamente pensé que me permitirían una respuesta a las afirmaciones tendenciosas de la periodista. Por su importancia para la libertad de expresión transcribo el intercambio con el eminente periodista. Me escribió “Sr magistrado me cuentan que me envió un mensaje por twitter yo solo funciono por teléfono, cosas de la edad, me permito copiarle el mail de María Isabel ud entenderá de la autonomía de los periodistas en la W ella es la única que define que dice o no dice en su espacio le saludo cordialmente, Julio” Julio Sánchez Cristo no maneja su cuenta de twitter pero tiene 1.755.912 seguidores, gajes del oficio.

Como de manera amable el Sr. Director de la W Radio me puso en copia de su correo a la también eminente periodista María Isabel Rueda les escribí el 3 de agosto de 2020 lo siguiente: “Julio, muy buenas tardes, le agradezco su comunicación. Aprovecho entonces la ocasión para preguntarle a María Isabel Rueda ¿si tendría la disponibilidad de permitirme responder en su espacio a los 2’30 minutos que me dedicó el viernes último y que ustedes titularon «Es un agitador político con toga de magistrado»?. Este es el texto que les he dirigido, muchas gracias…

“2 de agosto de 2020 Sr
Julio Sánchez Cristo
W Radio
Apreciado Julio, reciba un cordial saludo, me dirijo a Ud en respuesta a las líneas que me dedicó María Isabel Rueda este viernes y que ustedes titularon “Es un agitador político con toga de magistrado”. Le agradezco a la señora periodista que haya recordado algunos elementos de mi hoja de vida, por su intermedio quisiera que publicara en el mismo tiempo utilizado por ella para dar a conocer a su audiencia mi respuesta sobre si estoy en el lugar equivocado. En primer lugar, el ocupar un cargo como servidor público en una importante institución del Estado, no me priva de mi condición de ciudadano ni de los deberes que ello conlleva.

El art. 95 de la Constitución Política nos señala que debemos actuar con solidaridad, defendiendo los derechos humanos, promoviendo la paz y defendiendo el medio ambiente. En lo que va corrido del año, 173 líderes sociales han sido asesinados y 36 reincorporados de las FARC hasta el 16 de julio en 2020, 223 excombatientes que dejaron las armas para hacer lucha política en democracia han sido exterminados. Mientras la Fiscalía General de la Nación desmanteló la Unidad de Derechos Humanos y la impunidad es casi absoluta.

A diario, publico y pregunto al Presidente Iván Duque ¿ Por qué no detiene este exterminio? Y ante el incremento de los asesinatos y de las masacres, sin una respuesta adecuada del Estado puedo deducir que hay responsabilidad por omisión de su parte. Si son crímenes sistemáticos o generalizados son crímenes de lesa humanidad, que cualquier persona está en la obligación de denunciar y con mayor razón, si esa persona es un funcionario público. El Código Penal en el artículo 417, establece que se incurre en “ Abuso de autoridad por omisión de denuncia. El servidor público que teniendo conocimiento de la comisión de una conducta punible cuya averiguación deba adelantarse de oficio, no dé cuenta a la autoridad, incurrirá en multa y pérdida del empleo o cargo público”

Y los crímenes de lesa humanidad son conductas punibles. Como quiera que aquí no hay voluntad política para parar este exterminio, llamo a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional para que abra una investigación. También denuncio la responsabilidad del Presidente Iván Duque sobre los más de 10 mil fallecidos por el Covid 19, hoy ocupamos los primeros lugares en el mundo de muertes per cápita. A ello contribuyó su decisión de imponer en medio de la pandemia y ascenso de los contagios, dos día sin IVA, más otras medidas que han facilitado el contagio de cientos de miles de personas. De igual forma he publicado las fotos de decenas de médicos y enfermeras muertos por la pandemia por salvar nuestras vidas.

Y denuncio la profundización de la corrupción, 117 billones de pesos destinados para atender la crisis generada por la pandemia y el personal de la salud de muchos departamentos siguen denunciando que hace meses no les pagan. En el Chocó, en el Valle, en el Cesar, en Bolívar, en el Magdalena y otros departamentos. ¿Pregunten ustedes Julio, en qué han invertido esos 117 billones de pesos? Más de cinco millones de personas quedaron sin trabajo, quedaron sin ingresos y, millares de pequeñas y medianas industrias han quebrado. No ha querido aprobar una renta básica para que millones de familia puedan sobrevivir sin hambre en la pandemia, ingresos que además ayudarían a reactivar la economía, tampoco ha querido asumir los costos de los servicios públicos en los estratos 1, 2, 3 y el decreto que expidieron para cubrir una parte mínima de los costos de dichos servicios, lo declaró inexequible la Corte Constitucional por falta de firmas de los ministros. Y no pasa nada.

En muchos países se han congelado créditos hipotecarios y otros créditos, se han congelado los pagos de arrendamientos, se han prohibido los desalojos, se ha pedido renegociar la deuda externa. Se rechaza por el Gobierno que lleguen médicos cubanos a ayudarnos solidariamente a enfrentar la pandemia, pero si se traen tropas de los EEUU violando la Constitución Nacional y siguen llegando tanques blindados para extender la guerra.

Enfrentamos una de las peores crisis de la historia, el Presidente Iván Duque se niega a convocar un pacto nacional para salir de ella y yo no puedo ni como ciudadano ni como servidor público quedarme callado, se nos va la institucionalidad como agua entre las manos, se arrasa con el proceso de paz y se multiplica la violencia por doquier. Y le respondo con respeto a María Isabel, no falto al deber funcional que tengo como magistrado del Consejo Nacional Electoral, seguimos cumpliendo con nuestras responsabilidades constitucionales y legales. Éste CNE tiene el firme compromiso de hacer respetar los derechos políticos de la ciudadanía y de todas las fuerzas políticas, sin sesgos de ninguna naturaleza. De usted con aprecio Julio y respeto por su importante audiencia, me despido con una frase de Voltaire “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. María Isabel Rueda guardó silencio, la W guardó silencio, Julio Sánchez Cristo guardó silencio.

Decidí escribir entonces la columna que titulé “Iván Duque incumple la Constitución y nos retrocede en la historia” Iván Duque incumple la Constitución y nos retrocede en la historia” publicada en Cuarto de HoraCuarto de Hora el 11 de agosto. Se molestó el poder. El ex presidente del Congreso, el senador Ernesto Macías publicó en su cuenta de twitter el mismo día su advertencia para acallarme: “Muy grave esta declaración de odio personal y político contra el Presidente de la República, del magistrado del @ CNE_COLOMBIA Luis Guillermo Pérez. Acudiremos a las instancias pertinentes”.

Le respondí al senador Macías que no tengo odio personal, ni político contra el Presidente de la República. Lo que tengo es indignación ciudadana que es muy diferente al odio. Según la RAE el odio se define como “ Sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia”. Y ni mis emociones, ni mi educación, ni mi  amor profundo por la vida, me permitirían albergar el sentimiento del odio. No quiero ni querré producirle un daño ni desearle desgracia alguna.

Lo único que reclamo es justicia frente a sus acciones y omisiones como Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Suprema Autoridad Administrativa y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, que lesionan la institucionalidad, afectan nuestra soberanía, impiden la paz y genera graves violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, faltando a sus obligaciones constitucionales y legales. Si hay un discurso del odio extendido desde los circuitos oscuros del poder, desde la caverna de la muerte y la corrupción, un discurso que estigmatiza y provoca amenazas, asesinatos, masacres y que atenta contra la independencia del poder judicial.

André Glucksman, pensador francés, de origen judío, fallecido en 2015, analizaba la presencia del odio comenzando el siglo con las siguientes palabras “el odio existe, el odio no respeta nada, el odio juzga sin escuchar, el odio no atiende a razones, odio luego existo”. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha reiterado la doctrina ya expresada en el caso Erbakan contra Turquía, de 6 de julio de 2006 en la que destaca que es de crucial importancia que los políticos, en sus discursos públicos, eviten difundir palabras susceptibles de fomentar la intolerancia. Estima que “… los políticos deberían ser particularmente escrupulosos, en términos de defensa de la democracia y de sus principios, puesto que su objetivo último es la propia toma del poder”.

Agrega el fallo que los políticos deben evitar promover la discriminación, evitar expresiones o actitudes vejatorias o humillantes “ …ya que tal comportamiento puede suscitar en el público reacciones incompatibles con un clima social sereno y podría minar la confianza en las instituciones democráticas …la libertad de discusión política no reviste, desde luego, un carácter absoluto y que un Estado contratante puede someterla a determinadas «restricciones» o «sanciones» …La tolerancia y el respeto de la igual dignidad de todos los seres humanos constituyen el fundamento de una sociedad democrática y pluralista. De ello resulta que, en principio, se puede considerar necesario, en las sociedades democráticas, sancionar e incluso prevenir todas las formas de expresión que propaguen, inciten, promuevan o justifiquen el odio basado en la intolerancia”

En las Américas, distintos pronunciamientos de la Comisión y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos se han pronunciado contra la promoción del odio, límites que debe tener la libertad de expresión, para que no se alienten distintos escenarios de violencia o de exclusión. “Las expresiones de odio o el discurso destinado a intimidar, oprimir o incitar al odio o la violencia contra una persona o grupo en base a su raza, religión, nacionalidad, género, orientación sexual, discapacidad u otra característica grupal, no conoce fronteras de tiempo ni espacio. De la Alemania nazi y el Ku Klux Klan en Estados Unidos, a Bosnia en los noventa y el genocidio de Ruanda en 1994, se han empleado expresiones de odio para acosar, perseguir o justificar privaciones de los derechos humanos y, en su máximo extremo, para racionalizar el asesinato”.

Así que los que defendemos la vida, promovemos el respeto integral de los derechos humanos, la paz, la riqueza del pluralismo y de la diversidad, jamás albergaremos ningún tipo de odio, porque el odio reduce nuestra capacidad argumentativa y genera daño, genera violencia. Por otra parte define la RAE indignación como el “Enojo, ira o enfado vehemente contra una persona o contra sus actos”, preciso el alcance de la definición que debería ser cambiado, no tengo tampoco ira, ni enojo, pero si una inconformidad vehemente como ciudadano contra los actos y las omisiones del Presidente de la República quien ha vulnerado y sigue vulnerando la Constitución y la ley. El senador Macías volvió a expresar ¿su enojo, su enfado? en contra mí el viernes 14 de agosto en reacción a un tweet en el que preguntaba al Presidente de la República y al Ministro de la Defensa ante el asesinato de dos indígenas en Corinto, Cauca, uno de ellos periodista, en acción represiva conjunta entre el Ejército y la Policía para desalojar una comunidad indígena Nasa que intentaba recuperar parte de sus territorios ancestrales ¿enviaron a @EJERCITO_COL a desalojar y matar indígenas? ¿Quién dio la orden?.

El acucioso senador se expresó en su cuenta de twitter ¿Un magistrado del @CNE_COLOMBIA insinuando que el Presidente de la República y el Ministro de la Defensa envían al Ejército a asesinar? ¿un servidor público puede incentivar el odio y la violencia de esta manera? @PGN_COL @FiscaliaCol Y luego acudió, más acucioso aún, ante la Procuraduría General de la Nación manifestando “He radicado ´queja disciplinaria´ ante @PGN_COL contra Luis Guillermo Pérez, magistrado del @CNE_COLOMBIA por presuntas faltas disciplinarias en que pudo incurrir por el uso de su investidura para finalidad distinta a un servidor público de dedicación exclusiva” Y anexa a su mensaje de twitter copia del radicado y de la primera página de su queja “con la finalidad de que se investigue si incurrió en falta disciplinaria consagrado en los numerales 1. Por los delitos de injuria y calumnia. 19 y 20 del art. 48 del Código Disciplinario Único, así como las demás conductas –sic- disciplinarias que se establezcan en el curso de la investigación”. El senador Macías está cumpliendo su advertencia.

Las acciones legales no me preocupan, el senador Macías debería aprender un poco de derecho y reconocer que la calumnia y la injuria son delitos querellables que deberían ser denunciados por el presunto afectado y no puede hablar en su nombre porque no tiene poder del Presidente ni es abogado. También el senador Macías debería mirar, escuchar y leer en su entorno, quienes son los que incentivan el odio y la violencia en Colombia.

Lo que me preocupa es que mientras escribía este texto recibí la visita de un antiguo alumno que trabaja en los servicios de inteligencia del Estado a advertirme sobre el hecho de que ordenaron interceptar todas mis comunicaciones, hurgar en mi pasado para encontrar qué reprocharme en público y desarrollar “operaciones ofensivas en mi contra”, me sugiere con “mucho aprecio por mi vida y mi trabajo” que me quede callado o que baje el perfil. No creo que esta orden tenga nada que ver con el senador Macías al haberme anunciado que acudiría a todas las instancias, él como su partido son muy apegados a la ley.

Pero pregunto Sr. Presidente Iván Duque, Sr. Ministro de la Defensa Carlos Holmes Trujillo, Sr Fiscal General Francisco Barbosa ¿Quién dio la orden de desarrollar operaciones ofensivas en mi contra? ¿quién dio la orden de interceptar mis comunicaciones? ¿quién dio la orden de hurgar en mi pasado? Estas órdenes son arbitrarias, ilegales y propias de un Estado autoritario. Yo ni advierto, ni amenazo, simplemente ejerzo y ejerceré la defensa de mis derechos humanos. Sólo les recuerdo que por órdenes similares en los ocho años de gobierno del Sr. Álvaro Uribe Vélez, en los que se convirtió al DAS en una policía política, terminaron siendo condenados ante la justicia, dos directores generales de la entidad, directores de inteligencia y de contrainteligencia, jefes de operaciones, un secretario general de la Presidencia, entre otros, más de 20 funcionarios, por haber cumplido órdenes de perseguir y silenciar a los críticos del gobierno de entonces.

Insisto que además del derecho a expresarme con libertad, cumplo con mis obligaciones ciudadanas establecidas en el art. 95 de la Constitución Política, que establecen entre otros deberes, -Obrar conforme al principio de solidaridad social -Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica -Propender al logro y mantenimiento de la paz -Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de justicia. Y si estos son deberes para todos los ciudadanos de este país, con mayor razón para los funcionarios públicos, que tenemos que responder por acción u omisión en el ejercicio de nuestras funciones.

He actuado, sigo actuando y seguiré actuando conforme a la Constitución Política que establece en el Preámbulo como mandato del pueblo “fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz”. En el art. 1º que establece que la República se funda en el pluralismo, en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. También el artículo segundo mandata que “Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”.

No me silenciarán. Concluyo parodiando a Platón en es tos años de oscuridad, es hermoso y necesario creer en la luz, e invito a mi pueblo y a todos los funcionarios públicos con conciencia democrática a que salgamos todos de la caverna para que el devenir de Colombia no siga siendo el sometimiento a las cadenas del odio, de la exclusión, de la corrupción, de la guerra, de la miseria material y espiritual, de la mentira, de la indolencia y de la ignorancia; para que avancemos hacia el respeto de la institucionalidad y de ese firme mandato constitucional de realizar el Estado Social de Derecho.

Las opiniones realizadas por los columnistas del portal www.laotravoz.co no representan la identidad y línea editorial del medio. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

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La Otra Voz
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