Colombia: ¿Es Rodolfo Hernández el Trump colombiano? ¿Encarna la derecha alternativa de moda?

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La crisis sanitaria derivada de la propagación masiva de la pandemia del Covid 19 (2020) y la profunda crisis económica asociada con la más reciente parálisis de la economía capitalista global, que cuestiona el modelo neoliberal, han propiciado un desbarajuste general de las sociedades desatando una serie de fenómenos políticos y culturales con grandes repercusiones.

El auge de la derecha neonazi es una de tales tendencias con episodios llamativos como la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit, 2016), el triunfo de Trump (y su muy probable regreso) en estados Unidos (2016), el gobierno racista del neonazi Viktor Orban en Hungría, el triunfo de Bolsonaro en Brasil (2018) y el auge del ultraderechista Kast en Chile con muchas posibilidades de acceder a la Presidencia (2021).
Como ocurrió con la crisis capitalista de los años 30 del siglo XX, que conllevo una tremenda crisis social, afectando millones de trabajadores y sectores de las clases medias, facilitando la demagogia y el populismo de Hitler y del partido nazi antisemita alemán, facilitando su acceso al poder y a la organización y ejecución de la segunda guerra mundial, lo que observamos hoy hace pensar que lo peor está por venir. La derecha se ha reorganizada y tiene la iniciativa protagonizando campañas de manipulación mediática para imponerse.
Colombia, desde luego, no está al margen de esta potente corriente mundial y el gobierno uribista de Duque es la manifestación exacta de esta regresión política filo nazi con su absurda gestión recargada en el empleo abierto de la violencia que suma exterminio de líderes sociales, masacres policiales, ataques a la libertad de prensa, asesinato de excombatientes guerrilleros e impunidad para los agentes estatales comprometidos en los atropellos a la población civil.
Sin embargo, hay que considerar que esa facción extremista de la derecha se encuentra muy desacreditada por lo que indica la implosión del Centro democrático, la maquina política del uribismo, y la caída vertical en los índices de aceptación y popularidad del gobierno del señor Duque.
Adicionalmente las otras facciones derechistas, pegadas al uribismo (Gutiérrez, Peñalosa, Char, Echeverri, Barguil y Toro) tampoco concitan el interés de la ciudadanía golpeada por la crisis. En situación similar se encuentra Zuluaga el candidato escogido por los uribistas del Centro Democrático en la fraudulenta encuesta realizada para definir el nombre de su liderazgo electoral.
Escenario al que se debe agregar el mediocre ejercicio del bloque centrista de la Esperanza de Fajardo, Gaviria, Cristo y Galán.
Pero que la derecha tradicional se encuentre en un trance defensivo no quiere decir que este paralizada. Ese mundo regresivo se las está arreglando para retomar el peso histórico que siempre ha tenido en el campo político, estatal y cultural.
Mi hipótesis sugiere que la candidatura del ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, es el vehículo de una “derecha alternativa”, a la manera de Trump, que con su reciente auge se está convirtiendo en la tabla de salvación del régimen neoliberal colombiano en la actual presente coyuntura.
Hernández, un poderoso empresario del sector inmobiliario, enriquecido con la manipulación de los Planes de Ordenamiento Territorial de Bucaramanga y su Área Metropolitana, en la que se encuentran los municipios de Piedecuesta, Florida y Girón, ha construido su protagonismo mediático, con la irreverencia, la ironía, el populismo ramplón con ataques a la corrupción y al establecimiento, con sus ataques a la política, su beneplácito con la violencia policial en las recientes explosiones sociales y su desdén por los derechos humanos y de las minorías.
Hernández es una especie de “maquina anarco capitalista” que se ha posicionado como una respuesta al desespero social y político de millones de ciudadanos con muchas posibilidades, como el mismo lo proclama, de triunfar en la primera vuelta del 19 de mayo del 2021. Esa es una realidad que Petro no puede subestimar con el triunfalismo de sus equipos. Se pueden llevar una sorpresa con este salto al vacío o al pasado que encarna el señor Hernández.
La casta dominante colombiana no tiene escrúpulos en replantear todo si la coyuntura le demanda virar hacia Hernández como la salida política y electoral a la brutal situación en que se encuentran millones de seres humanos y la ingobernabilidad del sistema político.
Hernández ya pisa fuerte haciendo gala de su asqueante e insolente fortuna como se vio con Trump en el 2016 en las elecciones gringas.

Las opiniones realizadas por los columnistas del portal www.laotravoz.co no representan la identidad y línea editorial del medio. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

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La Otra Voz
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