Dividir, dividir y dividir, la estrategia de los medios de comunicación

Dividir, dividir y dividir, la estrategia de los medios de comunicación

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“Dividir para reinar” es un proverbio de guerra legendario atribuido, en primera instancia a Filipo de Macedonia, padre de Alejandro Magno,  luego como lema de dominación del emperador Julio Cesar, para posteriormente, ser recogida por estrategas bélicos y políticos modernos en sus planes para derrotar oponentes tanto en la guerra como en la vida cotidiana. Les ha dado gran resultado, sobre todo cuando se trata de perpetuar privilegios económicos  y de poder.

En Colombia, esta estrategia se ha usado muchas veces y por ellos solo algunas familias “privilegiadas” han ostentado el poder y han desangrado el Estado para su propio beneficio. Y el pueblo siempre cae en ese juego, liberales contra conservadores, demócratas contra comunistas, blancos contra negros, uribistas contra castro-chavistas o terroristas y hoy, colombianos de bien (uribistas) contra petristas.

Los grandes medios de comunicación están empleando esta táctica con mucho éxito hasta el momento, demeritando todo lo que hace el primer gobierno democrático de Colombia, tratando de hacerlo quedar mal por cualquier cosa que haga o lo que digan sus representantes.

Que Petro dijo,  que un(a) ministro(a) manifestó, que lo que expresaron no se puede, que no saben, que están improvisando, que, que, que… No cesan en sus empeños diarios de meter cizaña entre los colombianos que eligieron un cambio de rumbo en el país, ante tanta miseria impuesta por los de siempre.

Este gobierno, como ningún otro, se ha caracterizado en nombrar a quienes van a manejar cada uno de los sectores, a académicos, a expertos, a personas reconocidas por su amplia experiencia en el conocimiento y el manejo de su ramo. Nunca se habían tenido en el país tal número de personas capacitadas en su campo. Pero esto no es óbice para que en las emisoras, canales de televisión y prensa escrita contraten o pongan a opinar a unos “expertos” que, según esos medios, saben más que los funcionarios.  Los llaman para contradecir o “interpretar” lo que dijeron y en la mayoría de los casos lo que no han dicho, el objetivo es desinformar y crear confusión. Muchos de los hechos a los que se refieren esos periodistas son inventos, fantasía o “profecías”, suposiciones de lo que va a pasar, según ellos, y que por ende el país se va a ir por la cañería.

Que cómo se comportan en una entrevista, que cómo van vestidos, que si van con tenis o alpargatas, que el vestido no es de diseñador internacional, y una cantidad de sandeces con las que pretenden desacreditar el gobierno. No respetan la sapiencia, el recorrido, el bagaje ni los reconocimientos internacionales de muchos de esos funcionarios, que sí (y enfatizo el “sí”) saben de los temas de lo que están hablando y sí saben lo que van a hacer. No son los politiqueros a los que nos tenían acostumbrados en otros gobiernos y por ende no se comportan igual y no saben de las trampas y formas de actuar de muchos “periodistas”. Inocentemente caen y luego son presas del escarnio de esos mismos comunicadores y los medios para los que trabajan.

Todos los días, a mañana, tarde y noche, en su parrilla de programación, sean noticieros, programas de humor, deportes o de cualquier cosa, aprovechan para lanzar dardos insultantes e injuriosos contra los miembros de este naciente gobierno. Hasta los medios auto denominados alternativos, que muchos no tienen sino el nombre,  ya “sacaron las uñas” para cumplir esa misma labor de la prensa tradicional. Ya podemos ver cómo los editoriales y sus noticias se llenan de críticas diarias, sin contemplación, haciendo un solo coro contra Petro y sus funcionarios. Y es válido que lo hagan, pero deberían confesar su verdadera catadura y no seguir engañando a la opinión pública haciéndose pasar por lo que no son. Se dedicaron a perseguir al presidente y a los funcionarios para saber cuándo se equivocan o cuándo hacen algo no aceptado por las élites, para “caerles con todo” y explotar políticamente esos supuestos yerros.

Han llegado, estos medios, a referirse en sus trinos y algunos titulares, simplemente como “Petro”, desconociendo que es el presidente de la República, muchos internautas nos hicieron ver este hecho. Mientras que, a Uribe, Pastrana y otros ex los siguen llamando “presidente”, como si todavía siguieran en el poder. Esta es solo una muestra del trato que le dan al Presidente (con mayúscula) Gustavo Petro Urrego. ¿Pretenden que si no lo tratan como el primer mandatario el pueblo lo va a desconocer?

Lo verdaderamente grave, es que muchos ingenuos caigan en esta celada que han tendido. Dividen, crean confusión cumpliendo su meta de quitarle apoyo al gobierno y tratar de que muchos de ellos se conviertan en oposición, Petro pierda el apoyo popular ganado y no pueda hacer los cambios que el pueblo requiere quitándole los privilegios a los grandes empresarios, terratenientes y banqueros del país, que son los que tienen así Colombia.

Algunos se flagelan, se culpan por haber votado por Petro y hasta se arrepienten de haberlo hecho. Otros exigen que los funcionarios y hasta el presidente se disculpen por lo que dijeron, otros expresan que los funcionarios no deben decir esto o aquello, o que definitivamente se callen porque, supuestamente, están buscando protagonismo. Estos “petristas” le hacen el juego a la extrema derecha ancestral y sus medios de comunicación exigiendo” buen comportamiento, buenos modales y protocolo” y que hablen solo lo que la derecha permite que se diga. Flaco favor le están haciendo, tanto a la democracia como al cambio en nuestro país.

Este maquiavélico panorama obedece a un plan milimétricamente programado tanto por la extrema derecha como sus medios, que no aceptan que el gobierno está en una persona de extracción popular, al que quieren derrocar ya sea con acciones de hecho o quitándole la base popular. No hay que dejarse intimidar por una prensa que obedece a los intereses del poder.

La verdadera oposición es la prensa y no los partidos políticos desfigurados.

 

Las opiniones realizadas por los columnistas del portal www.laotravoz.co no representan la identidad y línea editorial del medio. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

 

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