En deuda con Ingrid

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En 2002 la entonces candidata presidencial Ingrid Betancourt era secuestrada por las FARC y aunque se lamentó la situación; hubo diferentes sectores de la sociedad que le atribuían esa desgracia por “irresponsable” e incluso ponían en duda su cautiverio, iniciando así una revictimización que hoy sigue vigente y no tengo dudas de que crecerá conforme avance su recién lanzada candidatura a la presidencia.

Por fortuna en el momento en que fue privada de la libertad no existían las redes sociales o el matoneo para su familia hubiera sido insoportable, y es que por casi 20 años se le ha atribuido a Ingrid la responsabilidad del suceso. Que no debía viajar, que le advirtieron y un montón de justificantes a lo injustificable; y es que el Estado no cumplió con el deber de proporcionarle la protección que ella requería tanto por su candidatura, como por el sitio al que se dirigía, no importa sí era un viaje proselitista para impulsar la alcaldía de un miembro de su partido, no se le garantiza protección como establece la Constitución.

Ya en libertad Ingrid decide presentar al Estado una solicitud de conciliación por 6,8 millones de dólares y lo que más generó en la sociedad fue indignación, esto por la millonaria cantidad que le exigía al Estado o porque para estos era insensato demandar al Estado por un crimen del que las FARC eran responsables, pero poco se consideró que el Estado no le brindó la seguridad necesaria, el afortunadamente extinto DAS en Florencia les prestó una camioneta sin personal del organismo de seguridad, y sí, el contexto era complicado pero el entonces presidente Andrés Pastrana en acción negligente se limitó a reducir esfuerzos dejando de garantizar la seguridad de la ciudadana como era su obligación. 

El problema es que el pueblo colombiano está tan acostumbrado a la violencia que es más fácil echarle la culpa a la víctima, más cuando ya estaba advertida, que a quien debe garantizar la seguridad. Por ejemplo, es más fácil culpar al muchacho apuñalado para robarle el celular porque dio papaya, malos análisis de la situación. Entonces repensando hoy la situación no eran inviables los reclamos de Ingrid, reclamos a los que se vio obligada a retractarse por la polémica levantada.

Pienso que Colombia tiene una deuda con Ingrid y no hago referencia a un cargo político o una millonaria indemnización, sino a concientizarnos sobre cómo se le ha tratado desde que fuera secuestrada, y si bien los responsables fueron las FARC la sociedad colombiana en todos sus niveles se han metido a la mala con Betancourt, es común leer en redes sociales que ella se buscó el secuestro, misóginamente se dice que se volvía la moza de las FARC, pero no solo ahí; el ex comisionado de Paz Camilo Gómez también la culpó cuando la asemeja con una persona que ve que hay una balacera en un sitio y se va para allá. El caso es que no hay que permitir que se vuelva a denigrar a la mujer, ciudadana y candidata Ingrid. 

Las opiniones realizadas por los columnistas del portal www.laotravoz.co no representan la identidad y línea editorial del medio. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

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La Otra Voz
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