Feliz día del periodista… colegas!

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Hoy no podía dejar de escribir unas líneas para recordar a los maestros Molano, Castro Caicedo y Restrepo…pero también para hacer memoria sobre las malas prácticas de la ‘gran prensa’; ¡eso que no se debe hacer nunca!

Feliz día para todos los que tuvieron el privilegio de aprender que el periodista debe ser el contrapoder del poder, del ‘establishment’ y aún no lo olvidan. En lo económico; y también en los poderes del Estado: judicial, ejecutivo y legislativo. Y que por supuesto tienen claro que no está nada bien asistir a cócteles, tomar whisky, aceptar almuerzos, regalos o dineros a cambio de difundir u ocultar una información de interés público.

Feliz día para los periodistas que pasaron por una facultad de periodismo y aprendieron de ética, deontología, rigor periodístico, géneros periodísticos, redacción, ortografía, manejo y contraste de fuentes. De Radio, televisión, fotografía, cine, de sigilo profesional.

Feliz día para los que se graduaron entendiendo la importancia de diferenciar entre una opinión y una noticia; o una opinión disfrazada de noticia o un publirreportaje -pago- como noticia. Eses es el principio para honrar su profesión y poder dormir tranquilo. O para los que tienen claro que la libertad de expresión tiene límites y debe ser muy responsable.

Feliz día para todos los que tuvieron la fortuna y el placer de conocer, entrevistar y aprender de maestros del ‘oficio’ como Javier Darío Restrepo, Germán Castro Caicedo o Alfredo Molano. De leer sus libros y de retener algo de sus sabidurías. Yo lo tuve!

Fueron tres personajes, tres grandes periodistas e investigadores. Pero sobre todo tres grandes seres humanos. Y es que esa frase que dice que para ser un gran periodista se necesita ser un gran ser humano es verdad. Aplicaba perfectamente para ellos.

Los tres transmitían ética, profesionalismo, rigor, olfato, credibilidad, conocimiento, equilibrio, paz, buena vibra y pasión por el mejor ‘oficio’ del mundo: El periodismo.

Hoy, como hacen falta en Colombia. En tiempos donde cualquiera, muchos -incluso- ‘colegas’, van por el mundo difamando, calumniando, mintiendo, manipulando conciencias, amparados en el derecho a la libre expresión, pero violando todas las premisas de lo que rezan las buenas prácticas periodísticas.

Tuve la oportunidad de trabajar en la ‘gran prensa’ recién salido de la universidad. Pensaba que había tocado el cielo con las manos, que estaba en las mejores escuelas de periodismo, con los mejores, pero en pocos años entendí que esos medios, sus periodistas y titulares estaban allí para defender sus intereses políticos y económicos; los del gobierno de turno o en muchos casos los de siniestros personajes como los narcos de los años 80 y 90s.

Hoy en pleno siglo 21 más del 75 por ciento de la concentración de medios en Colombia sigue en manos de los mismos 4 grandes grupos económicos y de las mismas 4 familias; y continúan siendo más malas que buenas las prácticas periodísticas que solo se aprenden en la academia y que deberían hablar del mejor gremio, del gremio que nos cuenta la verdad, pero no es así.

Veamos algunos malos ejemplos.

Periodistas que tienen su precio:

Uno de los casos más recientes, del que se tenga conocimiento público, salió a la luz en el escándalo del senador liberal Mario Castaño, que apoyó la elección de Iván Duque. Un entramado de corrupción en el que incluso se destaparon los intereses pocos santos de la mamá del mismo expresidente, materia que dicen está siendo investigada en la Fiscalía. Yo no creo!

En ese caso puntual salieron salpicados cuatro medios de comunicación. Ocurrió hace menos de un año, y se dio por una llamada interceptada del 24 de febrero de 2022 entre Nova Lorena Cañón, relacionista pública hoy capturada, y un interlocutor no conocido. Cañón le habría dicho a este que tenía acceso a cuatro medios para publicar la información de una candidata a la Cámara por Boyacá.

Foto: Redes sociales

Los medios mencionados fueron Caracol Radio, RCN Radio, El Tiempo Red+Noticias. Incluso hablan del precio que costaría la publicación: 4 millones 500 mil pesos. Juan Pablo Barrientos el periodista del portal Vorágine quien también trabajaba haciendo investigaciones para Gustavo Gómez en Caracol Radio quiso revelar el contenido del audio en su propia cabina, pero fue censurado.  

Según Barrientos, Gómez evitó que se hiciera público el audio porque si revelaba la lectura de la transcripción de esa llamada en una audiencia judicial »le haría un daño irreparable al periodismo».

Foto: Redes social

Barrientos hizo siempre lo correcto. Informó a los otros 3 medios y la respuesta fue que la señora Nova Lorena Cañón no trabajaba o no tenía vínculos con ellos. Eso era más que obvio. A lo que se refería el audio, así lo entendimos muchos, era que a ella, en esos medios, le cobraban por nota 4 millones 500 mil pesos para promocionar a sus ‘clientes’ quienes presuntamente ya habían pagado por esos publirreportajes encubiertos y disfrazados de ‘periodismo’.

En el tema judicial es ‘normal’ que en este tipo de medios pase que los reporteros cobren por sus notas y que algunos jefes lo permitan o no se enteren. En CMI pasó por años, lo mismo en RCN televisión y Caracol televisión. Cuando estalla el escándalo los traficantes de la información son despedidos y tema olvidado, todo en silencio por supuesto, para »no hacerle un daño irreparable al periodismo».

En este capítulo del caso del senador Castaño donde la ‘gran prensa’ sale boleteada el denunciante motivado por sus buenas prácticas periodísticas se vio obligado a renunciar y por su puesto su jefe lo dejó ir; no hubo mayores investigaciones y todo quedó en el olvido. Todo al revés!

https://voragine.co/historia-de-una-renuncia/

Concentración de Medios en Colombia y más Censura

Ya de por sí el sólo hecho de que 4 grandes grupos económicos en un país de 50 millones de personas manejen más de la tercera parte de los medios habla muy mal del periodismo que tenemos. Hace 7 años la televisión pública de Bogotá hizo un especial sobre el tema que ya mostraba cómo era la realidad del sector que lo único que ha logrado es posicionar con mucha fuerza un periodismo selectivo y con claros intereses políticos y económicos. Aquí les dejo el link de Canal Capital.

 

Hoy, a ese panorama oligopolístico de concentración de medios se suma la llegada con fuerza del Grupo Gilinski con la compra del diario El País de Cali, la fusión de la Revista Dinero con el portal económico Primera Página y la compra del 50 por ciento de Semana, una revista que siempre fue de la familia López, ubicada en el espectro político en la centro derecha, que con el cambio de dueños llegó a autocensurar a su propio jefe de investigaciones, a su mejor columnista de opinión y terminó alineándose bien a la derecha en el espectro político.

Aunque nunca se supo a ciencia cierta porque no sacaron la investigación, la principal hipótesis apuntó a que la autocensura habría llegado por cuenta de un pedido expreso del secretario General de la Presidencia, Jorge Mario Eastman, en mayo de 2019 (gobierno Duque) para no revelar el regreso de los ‘falsos positivos’ en el Ejército, investigación que finalmente dio a luz en el New York Times de la mano de su corresponsal para Colombia, Nick Casey; quien después reveló amenazas contra su vida. Dicen que el que ríe de último, ríe mejor!

¡Feminismo y periodistas de género!

 

Sobre este tema escribí hace poco. Conté cómo las violencias de género son utilizadas estratégicamente por motivaciones políticas. Afirme que se ha venido instaurando en la ‘gran prensa’ y también en algunos portales y podcasts un doble rasero al momento de hacer esas denuncias tan convenientes en años de campaña política y cruciales en las decisiones electorales que definen el destino de ciudades como por ejemplo, Bogotá, donde ocurrió en medio de una contienda marcada por los señalamientos y ataques infundados contra uno de los 4 aspirantes!

Dije que las editoras de género hipócritamente utilizaban a las víctimas cuando se trataba de presionar al gobierno de turno, motivadas por sectores políticos opositores a este y que en su afán de aportar a su justa cruzada, ni más faltaba que no, pretendían golpear a un gobierno que es amigo de todas las víctimas, no solo de las de género.

Hoy me reafirmó. Hacen campaña, equivocadamente, en contra de un gobierno que les prometió igualdad de derechos, un gabinete paritario, un ministerio de la equidad y la igualdad. Que acaba de presentar en su PND textos muy completos y detallados, en más de 10 páginas, sobre las políticas públicas para las mujeres y su diversidad. Pero algunas han llegado a decir en extremo que no sólo se trata de esos espacios sino de que ningún hombre con la más mínima denuncia por violencia de género debe hacer parte del gobierno del cambio.

Ahora bien, no se pueden mezclar peras con manzanas, el acoso, el abuso y la agresión son todas violencias y bajo el derecho penal están tipificadas con penas muy diferentes para cuando un juez encuentra la comisión del delito pero tramitado en un debido proceso y con todas las garantías para las dos partes.

Hace mal el periodismo ‘feminista’ lapidar en una emisora o en una columna a un candidato a un cargo de elección popular por ejemplo. En su momento actúa ese periodismo y las presuntas víctimas amparadas por una sentencia en extremo garantista de la Corte Constitucional que presume que toda víctima dice la verdad.

Eso a la luz del derecho está demostrado que no es cierto y que en ocasiones mienten. Cuando se comprueba que una denuncia es falsa el daño ya está hecho, es irreparable, el escrache acaba con la honra, el buen hombre, el derecho al trabajo, la figura paterna etc etc.

Un comunicado del gobierno de Petro, a propósito de las denuncias de acoso en el Congreso, advirtió que apoyará todas las denuncias que se presenten, las investigaciones correspondientes y la compulsa de copias a que haya lugar a los organismo competentes para administrar justicia. Pero también aclaró que deben respetarse el derecho a la honra y la presunción de inocencia.

Al parecer ninguna editora de género escribió sobre ese comunicado. Pero seguro todas lo leyeron y guardaron silencio. Ni una sola letra publicada. Como tampoco, después de dos semanas de instaurados los protocolos para atender violencias de género en el Congreso, y darle garantías de todo tipo a las víctimas, se ha presentado formalmente la primera denuncia.

Hoy a ese candidato a un cargo de elección popular, además laureado nacional e internacionalmente como periodista y defensor de derechos humanos, la Fiscalía General de la Nación le acaba de archivar la única denuncia que tenía, interpuesta por su ex pareja, al considerar que no incurrió en ningún delito.

Seguramente todas las editoras de género leyeron la noticia y volvieron a guardar silencio. Aún no he visto en ningún medio las entrevistas, las columnas, las reseñas, los podcasts de la información publicada por la periodista Catalina Suárez de La W; con la misma proporción de tiempo cuando decidieron ‘escracharlo’ hace más de tres años y condenarlo en los medios.

Catalina Suárez fue la única que se atrevió a publicar el archivo de esta denuncia utilizada hábilmente y ‘coincidencialmente’ en 2019 por las señoras que hoy gobiernan en Bogotá para quitarle el voto femenino, la mitad de los votos, al candidato del hoy presidente Gustavo Petro.

La historia en detalle de este episodio de falsas denuncias de género fue contada hace poco por el Portal LaOtraVoz.

https://laotravoz.co/sobre-feminismo-selectivo-y-falsas-denuncias/

 

‘Esto es Cambio’ o más de lo mismo…?

 

Todos esperábamos con algo de esperanza que este proyecto que acaba de cumplir un año y que dirigen Daniel Coronell, Patricia Lara y el hijo de esta, fuera diametralmente opuesto a Semana. Pero no, resultaron tan parecidos que convergen en muchas cosas, cuando se trata de desprestigiar al gobierno de turno!

Con bombos y platillos lanzaron un video donde afirman ser independientes del poder económico y político cosa que evidentemente no es cierta. Y donde también dicen que su financiación es a punta de suscriptores. ¿De verdad creen a la gente ingenua?

En ‘Esto es Cambio’ están dedicados, al igual que en Semana, a develar ‘acertadamente’ los entuertos del poder como reza en el mismo video conmemorativo. Como por ejemplo el nombramiento de la novia del padre del presidente Gustavo Petro en un cargo diplomático en Madrid, España. Uff.

O el otro ‘gran entuerto’, la forma como descubrieron en ‘exclusiva’ que una empresa de giros seleccionada por el gobierno Duque se beneficiaba al entregar los bonos a las familias más pobres de Colombia en las zonas más apartadas donde no hay entidades bancarias…Nivel de investigación, que quiso ver corrupción donde no la había y una historia que no hubiera salido a la luz pública si hubieran hablado con la abogada Cielo Rusinque, directora del DPS.

‘Esto es Cambio’ tiene en su planta a varios buenos periodistas de Noticias Uno, el noticiero de Coronell. Es el noticiero más laureado de Colombia porque es el único que investiga al poder y eso es bueno, pero jamás pudo graduar de corrupto a Gustavo Petro cuando fue alcalde de Bogotá. Una tarea incompleta para la cual no les quede la menor duda de que insistirán en estos 4 años, ahora que es Presidente.

Coronell, el buen periodista e investigador,  ha hecho públicas sus inclinaciones políticas varias veces. Pierde así credibilidad y reafirma que todos los medios tienen ideologías políticas y defienden candidatos a si en el video de ‘Esto Es Cambio’ lo nieguen. Yo todavía sigo esperando, por ejemplo, la gran investigación contra Sergio Fajardo por sus actuaciones en Hidroituango o sus relaciones con la sancionada constructora Conconcreto. O la entrevista al panelista de Blu Radio, Aurelio Suárez, también ex candidato a la Alcaldía de Bogotá, por las denuncias de acoso sexual en su contra de varias militantes del Moir el partido de este y del ex senador Jorge Robledo gran amigo de Fajardo y ahora copartidarios políticos en ‘Dignidad y Compromiso’, su nuevo partido. Creo que tampoco lo harán.

 

La nostalgia de la paz!

A propósito del anhelo de paz de millones de colombianos somos muchos más los periodistas que la queremos, que hemos aportado un granito para su construcción, que hemos ido a las urnas para elegir ese mandato popular y que nos hemos puesto del lado correcto de la historia, como lo estuvieron siempre Molano, Restrepo o Castro Caicedo a quien hoy les hago este pequeño homenaje.

Germán Castro Caicedo, el ‘cronista inquieto’, decía por ejemplo: »Pues yo sí creo, yo espero, yo sueño con que se haga la paz, porque a los 7 años tuve mi camisa manchada con la sangre de mi papá.

Javier Dario Restrepo, el eterno corresponsal de la guerra, tenía clarísimo y lamentó muchas veces que la paz no fuera la vendedora de titulares, que no le gustará a millones, que los niños no jugaran a la paz y siempre lo hicieran a la guerra y que esta última si despertara la aceptación y el morbo de las audiencias.

»Los periodistas hemos dejado de ser los sentidos y los órganos de una población», me dijo en alguna ocasión Javier Dario, haciendo referencia a un crimen de una periodista en Irlanda, en el cual los responsables fueron capturados en 30 días por la presión de la sociedad que se veía protegida y representada con su trabajo de denuncia e investigación.

Alfredo Molano, el caminante que conoció y contó la Colombia profunda durante muchos años, afirmaba en 2018 en el marco de su trabajo como miembro de la Comisión de la Verdad que para conocer la verdad tenemos que luchar contra una mentira muy arraigada” Y no se equivocaba.

Hoy, esa opinión sigue más vigente que nunca, la comparto y le agrego que muchos medios y ‘periodistas’ han ayudado a perpetuar ese arraigo. Y claro, seguramente, nunca conoceremos las grandes verdades de un conflicto que desvió la atención por décadas del implacable flagelo de la corrupción.

»El silencio de los fusiles hizo que escucháramos el ruido de la corrupción, por ello vuelven a sonar los fusiles, para silenciar la corrupción» la frase de Jesús Abad Colorado, tan vigente como las malas prácticas de la ‘gran prensa’.

Molano, Castro Caicedo y Restrepo conocieron muy de cerca la guerra, la contaron, la escribieron, y la sufrieron, por supuesto, como ninguno otro. Nunca dejaron de respetar nuestro ‘oficio’, se entregaron a este. Lo enseñaron, dejaron un legado que hoy volvemos a extrañar.

Los tres murieron hace muy poco anhelando la paz, una mejor Colombia para todos los colombianos. Más justa y seguramente convencidos de que su Colombia podía ser una potencia mundial de la vida.

Posdata:

Oficio no, profesión 

 

Hace 25 años la Corte Constitucional tumbó la ley 51 de 1975 que dio vida a la tarjeta profesional de periodista argumentando la defensa a la libertad de expresión que tiene cualquier persona. Pero una cosa es la libertad de expresión y otra muy diferente la libertad de informar con responsabilidad y la libertad de prensa. El periodismo no es un oficio, es una profesión.

Respetuosamente, considero que no cualquier persona conoce o está preparada para desarrollar o utilizar los diferentes géneros periodísticos. No todos los profesionales de otras carreras y los no profesionales conocen sobre ética y deontología periodística, rigor periodístico, investigación. Seguramente no han escuchado, siquiera, sobre manejo, contraste y reserva de las fuentes, secreto profesional, calumnia e injuria. O no tienen claro que informar es una cosa y opinar es otra. Por eso el axioma ‘la opinión debe ser libre, pero responsable’.

Además, toda la parte técnica y de producción de los medios de comunicación, también hace parte de la profesión y para eso se estudia 5 años en una universidad. Hay especializaciones y postgrados y prestigiosos premios mundiales como el Pulitzer, Ortega y Gasset, Emmy, María Moors Cabot, o Simón Bolívar en Colombia, por citar solo unos, que muy difícilmente se los ganarían un ingeniero agrónomo, un contador, un politólogo, un médico cardiólogo con tres doctorados o un bachiller senador; que indudablemente tienen el derecho a expresarse libremente, pero no la formación para realizar una investigación de corrupción, el cubrimiento de una guerra, un terremoto, la masacre perpetrada por un sicópata en una escuela de secundaria o un crimen pasional.

Hoy, en las redes sociales y en el mundillo digital, millones de personas en todo el mundo en su afán de ‘informar’ y ganar likes y dinero construyen hasta bodegas para expresar libertinamente calumnias y mentiras (fake news). Construyen montajes, plagian textos, dan por ciento rumores, desinforman, generan falsas tendencias, direccionan y manipulan conciencias; y en la mayoría de los casos todo queda en la impunidad.

Pero bueno, este es otro debate que debe darse en estos tiempos tan difíciles para el periodismo!

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