En esta campaña electoral vimos un fenómeno periodístico, no quiere decir que no se practicara antes, de una banalidad de la información rampante y un ignorar las noticias, la verdadera información preocupante, por parte de los medios masivos de comunicación.
Este fenómeno ya se había presentado en las elecciones de 2.018, en la que los periodistas parecían un juez con el candidato Petro y a Duque le dedicaban horas para que mostrara sus virtudes de guitarrista o sus habilidades con un balón, sin inquirirlo sobre las propuestas.
Hoy vemos los resultados de esa injerencia directa de los medios para tratar de influenciar el voto de los colombianos; un presidente con unos intereses específicos de favorecer a determinados grupos económicos y políticos, en contra del bienestar general. El no es ningún títere o incapaz, nicualquiera de los adjetivos con los que lo han calificado muchos sectores. Él es consciente de todo lo que ha hecho y sigue haciendo.
Hoy, estos medios han seguido con la misma táctica. En la campaña al congreso desconocieron los argumentos, prefirieron limitarse a la banalidad, a la anécdota o a las ofensas, la grosería y a resaltar la moda, el peinado, el sombrero o cualquier otro aspecto casual y no a profundizar en las propuestas. Era evidente que los candidatos oficialistas no las tenían, solo querían llegar al congreso para seguir esquilmando el erario. En lo que tiene que ver a las consultas pasó lo mismo; solo Petro presentó propuestas, uno puede estar o no de acuerdo con ellas o con el candidato, pero por lo menos hay alguna base para debatir.
Un sector del pueblo colombiano, aún, está seducido por los partidos que tienen al país en la miseria, puede ser porque vendieron su voto o porque se identifican con el actuar de sucandidato. Es decir, piensan igual que él y, a pesar de su situación económica, siguen persistiendo en apoyar y elegira quienes lo oprimen, lo que es el peor escenario. No pretendo justificar la venta del voto, solo que quien lo hace, generalmente es por la necesidad de llevar algo a la mesa, mientras que el que apoya conscientemente a ese aspirantees cómplice. Los medios presentan la compra de votos como hecho anecdótico electoral.
La desinformación está a la orden del día, si no fuera por las medidas preventivas impulsadas por el Pacto Histórico para defenderse de un posible fraude, las redes sociales y algunos medios alternativos, no se hubieran sabido de las 29.000mesas que no reportaron los votos por esta colectividad y otras anomalías conducentes a evitar que se conociera la voluntad popular. Los grandes conglomerados comunicativos, no le dieron la importancia que merece la “desaparición” de cerca de 500 mil votos.
En esta segunda etapa electoral, han intensificado la banalidad por encima de las propuestas. El candidato Gustavo Petro, ante esta situación, condicionó la asistencia a los debates al respeto y al contenido de las preguntas. Vimoscomo la noticia, para ellos, fue que Federico Gutiérrez, ante la falta de propuestas, llevó una fotografía de Petro para decirle cantidad de cosas. La noticia no fue su falta de argumentos sino las recriminaciones de Gutierrez a la fotografía.
Todos vaticinan un incremento de la guerra sucia, promovida por estos sectores, para tratar de evitar que los colombianos voten por Petro, con mentiras y montajes en la que los medios a los que nos hemos referido, jugarán un papel fundamental a favor del candidato del uribismo. Amanecerá y veremos si esas estrategias les darán resultado, como en otras ocasiones, o los colombianos se quitarán la dependencia que hasta ahora han tenido con estos medios de comunicación. Además de la miseria económica, tenemos una miseria informativa. Vamos de mal en peor.
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