Las falsas denuncias de género, como herramientas políticas

Las falsas denuncias de género, como herramientas políticas

EL CASO DE HOLLMAN MORRIS
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Redacción La Otra Voz

La paz total no se hace solo entre el gobierno del cambio y los grupos armados al margen de la ley…la paz total es con nosotros mismos, en nuestro interior, con nuestros compañeros y compañeras de trabajo, con nuestras familias y nuestras parejas, con nuestro vecinos, con nuestros adversarios deportivos y laborales y también con los enemigos políticos, como lo ha repetido varias veces el presidente Petro.

La paz total pasa por tener la capacidad para perdonar, para entender que el odio, la mentira, las falsas denuncias, el revanchismo y la venganza nos acaban como personas pero también como comunidad y sociedad… Ser resilientes ayuda para superar nuestro dolor y entender que no todo vale para superar esas violencias de genero de las que han sido víctimas muchas mujeres, simplemente por pensar diferente o por intolerancia en muchos casos. Pero también los hombres sufren violencias.

Aquí, en esta redacción, no somos feministas ni mucho menos machistas. Creemos que todo extremo no es sano. Pero luchamos a diario por los derechos de las mujeres especialmente entendiendo que todos tenemos deberes y que no todo vale para hacer escuchar nuestra voz y para luchar por la equidad y la igualdad que nos merecemos.

Por eso queremos hablarles de un fenómeno que está creciendo como la espuma y son las falsas denuncias que se quedan en los medios de comunicaciones y sobre todo en las redes sociales. Y es triste porque así se deslegitima en gran medida la lucha de muchas feministas por sus derechos y la igualdad en todos los campos frente a los hombres.

Casi todas estas denuncias apuntan a violencias contra mujeres y muchas, la gran mayoría, son ciertas. Como también es cierto que es un grandísimo error tratar de meter en un mismo costal todas las violencias de género y es un tema que debe abrirse al debate académico y político a la luz del derecho penal, laboral, disciplinario y de familia. No se pueden revolver peras con manzanas.

Pero también hay denuncias que evidentemente buscan calumniar y acabar con la imagen de algunos hombres con carreras públicas brillantes y reconocidas, ahora con intereses políticos. Casos hay varios, viejos y más recientes, pero hoy vamos a contarles quizás uno de los más sonados: el del periodista, defensor de derechos humanos, exconcejal y excandidato a la Alcaldía de Bogotá, Hollman Morris, del cual se desconocen muchos detalles que ojalá algún día salgan a la luz.

Sin duda, el caso Morris se convirtió en un thriller de realismo sicológico digno de ser llevado a la pantalla chica por los nuevos guionistas amantes de Kubrick. Drama, celos, conspiración política, amenazas de muerte, venganza, odio, calumnias y todos los componentes cinematográficos aprovechados por terceras personas, para acabar a Morris o mejor para ‘cancelarlo’ -termino que está de moda- y que lejos están de ser sus víctimas y más bien sí son sus victimarios y victimarias.

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Y aquí comienza la historia…

Todo habría empezado el 22 de enero de 2019, 10 meses antes de las elecciones para la Alcaldía de Bogotá, con las denuncias de la ex esposa de Morris por presunta violencia intrafamiliar, que al parecer lo que buscaban era que Morris le pagara más dinero a su ex pareja para la manutención de sus hijos, y para mantener el elevado nivel de vida en un exclusivo barrio en el nororiente de Bogotá. Pero paradójicamente, la autoridad competente le ordenó a Morris pagarle menos a su núcleo familiar de lo que venía aportándole.

Pero vamos más atrás:

Morris se fue ganando los celos y las malquerencias en algunos sectores de la izquierda bogotana por ser una de las personas más cercana a Petro. Porque le hablaba al oido, porque lo defendía a capa y espada y por haber seguido de cerca los debates y el trabajo legislativo del hoy presidente, que por años denunció nada más y nada menos que la parapolítica y los crímenes de Estado; denuncias que Morris llevó a la televisión en su programa Contravia y que le valieron varios premios nacionales e internacionales; y cuyo primer invitado fue precisamente el hoy presidente Petro por allá en 2003, en pleno gobierno del ex presidente Álvaro Uribe. Incluso los hijos de ambos, Petro y Morris, compartieron por algunos años el mismo colegio.

El uribismo le ha cobrado varias veces a Morris tamaña ‘osadía’ y por eso tuvo que irse del país dos veces, exiliado, hasta cuando Petro lo llamó a finales de 2011, lo trajo de regreso a Bogotá, lo reparó, le devolvió la dignidad y le entregó la gerencia de la televisión pública para continuar sus denuncias sobre violaciones de derechos humanos y corrupción; y para darle voz a los que no tienen voz.

También el expresidente Juan Manuel Santos que como ministro de Defensa de Uribe señaló a Morris de hacerle el juego a las Farc, le devolvió el buen nombre a Hollman Morris.

Y en ese acto de reparación a varios periodistas, por parte del gobierno Santos, varias colegas reconocieron la importancia de esta reparación para Morris y el periodismo.

Fue tan buena la gestión en Canal Capital que siguió cosechando premios y un sector del petrismo le pidió que se lanzará a la alcaldía de Bogotá en 2015. Morris aceptó. Pero allí continuaron los odios y los ataques de hombres y mujeres que se creían con más trabajo político para reemplazar a Petro como alcalde de Bogotá, pero desconocidos para la opinión pública. Hasta el ex presidente Juan Manuel Santos lo dignificó y le devolvió el buen nombre, luego de que Uribe lo estigmatizara como amigo de las Farc y de hacerle »el juego al terrorismo».

 

Morris decide entonces dar un paso al costado y le deja el camino libre a Guillermo Alfonso Jaramillo, quien después hace campaña para la alcaldía de Ibagué, su tierra; y a Maria Mercedes Maldonado una ambientalista quien termina apoyando a Clara López, derrotada por Peñalosa.

Entonces el ex gerente del Canal Capital hace campaña para el Concejo de Bogotá donde saca más de 25 mil votos y se convierte así en el cuarto concejal más votado sin una sola denuncia de género en su contra, sin el apoyo de nadie. Puerta a puerta.

Comienza así una dura lucha para no permitir que el Alcalde Peñalosa y el 90 porciento del Concejo afín a su proyecto de ciudad neoliberal, enemiga del metro subterráneo, del medio ambiente y los animales acaben con el legado de la Bogotá Humana de Petro.

Sólo, sin bancada, y con un pequeña bancada ‘amiga’ en el Polo, tibia muchas veces, y de acuerdo con la mayoría de un concejo verde, peñalosista, vargasllerista y uribista otras tantas, Morris hace fuertes debates de control a Peñalosa en temas tan sensibles como el metro elevado y la aparición de células paramilitares en varias localidad de Bogotá, especialmente en el sur.

Su voz anti peñalosista en el Concejo vuelve a hacer eco en miles de bogotanos, en el petrismo, en la Colombia Humana que vuelven a decirle ‘vamos por la Alcaldía’, pero Peñalosa se asegura que su proyecto de ciudad no lo tumbe nadie y logra posicionar a 3 candidatos amigos para evitar que el candidato del ex alcalde Petro pueda ganar.

Miguel Uribe Turbay, Carlos Fernando Galán y Claudia Nayibe López le garantizan al negociante de buses con la peor popularidad en la historia de un alcalde en Bogotá aumentar su negocio de TM y engañar a los bogotanos con una propuesta de metro elevado abastecedor de sus buses que hoy ocho años después, no tiene estudios de ingeneria de detalle ni tampoco cierre financiero lo que significa que no se sabe cuanto le constará a los bogotanos el famoso metro elevado, si es que al final deciden hacerlo.

Y es aquí dónde regresamos al comienzo de esta historia.

Solo unas semanas antes de la denuncia de la ex esposa de Morris, a finales del 2018, un poderoso grupo de mujeres ‘feministas’ hace una reunión para conseguir nuevas adeptas a su alianza con un claro objetivo: llevar a Claudia López a ser la primera alcaldesa electa de Bogotá. En este hilo de Twitter pueden leer todos los detalles:

Pero más allá de la Alcaldía, esa noche de cumpleaños y celebraciones le entregan la Presidencia 2022 a Angela Maria Robledo. Allí las feministas del verde y de Polo Mujeres deciden acabar con Morris como sea. El mismo objetivo de Peñalosa: cualquiera menos Morris, el de Petro.

Peñalosa y cualquiera de sus 3 candidatos neoliberales sabían que el mega billonario y jugoso proyecto del metro elevado, la obra más grande de infraestructura de toda la historia de Colombia, se acabaría si Morris era alcalde. Y la que más se beneficiaba destruyendo al de Petro era Claudia López porque todos los votos del candidato del hoy presidente que no votaran por Morris se irían con ella y no con Galán o Uribe Turbay.

Aquí es cuando los ‘astros se alinean’ para fortuna de ese ‘poderoso’ grupo de feministas verdes y del Polo y deberíamos sentir sorpresa… pero no!

Sabían o no sabían que la ex esposa de Morris lo iba a denunciar? Eso ya no importa, pero lo aprovecharon, lo siguen aprovechando y lo seguirán haciendo como también lo hace el uribismo. Ahora si le preguntan a La Otra Voz, nosotros creemos que sí sabían.

El uribismo, sorpresivamente, hace su aparición en esta película de la mano del bufete de abogados de Abelardo de La Espriella famoso por representar a lo más excelso del paramilitarismo en Colombia incluido Álvaro Uribe. Una gran carta de presentación para entrar al rodaje de esta película de la vida real como apoderado de la ex esposa de uno de los hombres más anti uribistas que tiene Colombia: Morris.

Titulares de prensa, entrevistas explosivas y el comienzo de un gran escándalo en plena campaña electoral pero lo que más recuerdo es un Código Caracol de Camila Zulúaga preguntándose si este no era uno de los capítulos más grande de oportunismo político en Colombia ante la posibilidad de que la presunta ‘víctima’ aceptará un ofrecimiento del Centro Democrático para llevarla al Concejo de Bogotá.

Lo anterior fue confirmado por los mismos días en una entrevista donde la ex de Morris en KienyKe confirmaba que sí tenía interés en hacer política.

Después Petro le dice a Morris que se baje de la candidatura unos días antes de las elecciones porque haría un acuerdo con Claudia y este acepta sin raparos. Finalmente Claudia traiciona a Petro y el hoy presidente de nuevo decide apoyar a Morris, pese a la traición y a las falsas denuncias en medios y redes sociales de acoso contra Morris, de las que sólo una llega a la Fiscalia y es archivada después.

La denuncia del ‘beso robado’…

Al otro lado del charco, en Madrid, España, una colega y ‘admiradora’ del trabajo periodístico de Morris escucha la entrevista de la ex esposa de Morris en una emisora y según ella no aguanta más y 24 horas después toma la ‘difícil’ decisión de salir a denunciarlo por un presunto ‘acto sexual abusivo’.

En este capítulo ocurrido en 2011, 8 años antes de las denuncias de la ex de Morris, la periodista María Antonia Garcia de la Torre asegura que Morris la besó a la fuerza dos veces, en una mesa de un restaurante donde habían otros comensales amigos invitados por Morris. Que el estaba borracho, pero que le dio lástima y por eso guardo silenció y no le dijo nada. También mantuvo comunicación con él por varios años en redes sociales como si nada, hasta las denuncias de la ex esposa.

Morris sorprendido se entera del presunto acoso de 8 años atrás en una entrevista con la misma periodista que había entrevistado a su ex esposa para escuchar las denuncias de ‘violencia económica’ en su contra. No niega la noche de tragos con ella en el restaurante, con los otros invitados y le ofrece una disculpa pública si ella considera que esos besos fueron acoso, pero nunca acepta que fueron por la fuerza…

Es aquí donde muchos hombres y mujeres feministas y no feministas se pueden estar preguntando qué mujer permite que la besen a la fuerza dos veces en un restaurante donde hay más personas en la misma mesa y donde todos se ríen, hablan, y beben licor.

Si sintió asco como dice en sus relatos, porqué no se levantó y se fue para evitar ser ‘revictimizada’ la misma noche. ¿Qué mujer siente asco y al mismo tiempo compasión con su presunto agresor? ¿Qué víctima se escribe con su presunto agresor en redes sociales para decirle »Gracias» por el trabajo que haces en Bogotá? ¿Qué víctima le manda un abrazo a su victimario en redes sociales, públicamente y lo invita a seguir adelante? Creo que esa película no es muy coherente.

Además en sus relatos la periodista dice que lo perdonó, pero Morris nunca supo que ella se consideraba víctima de acoso porque jamás lo denunció, jamás le dijo que se había sentido acosada y mucho menos víctima de ‘acto sexual abusivo’ hágame el favor…

Morris tampoco supo que según ella, »le tenía lástima por todo lo que estaba pasando en 2011» y por eso había olvidado lo que pasó. Muy raro todo, de verdad. Realmente qué la motivo a denunciar a Morris en plena campaña electoral, quizás nunca lo sabremos!

Seguramente por esas incoherencias en sus denuncias de presunto ‘acoso’ fue que la Fiscalia General archivó en tiempo récord esta denuncia. ¿Porqué no lo denuncia en Madrid donde ocurrieron los hechos y lo hace en Bogotá, donde es otra jurisdicción? ¿Más incoherencias?

Ahora, una fiscalía uribista sí hubiera encontrado argumentos sólidos habría acusado a Morris para que un juez condenara al periodista que hizo retractarse al ex presidente Álvaro Uribe ante la Corte Suprema de Justicia por haberlo llamado »servil del terrorismo». No pudieron aprovechar el ‘papayaso’ porque con la justicia no se puede jugar!

Otra falsa denuncia que nunca llegó a Fiscalía o Procuraduría, esta vez por presunto acoso laboral contra Morris es la que ventiló en medios su ex secretaria en el Concejo de Bogotá. El trasfondo de esta, aparentemente, es que la supuesta víctima decidió sindicalizarse para atornillarse a la planta de trabajadores del Concejo. Lo más fácil fue decir que se enfermó por el acoso laboral que recibió del entonces concejal.

Carolina Valencia buscó a El espectador para poner su denuncia el 21 de diciembre de 2021 un año después de la salida de Morris del cabildo capitalino y a 8 semanas de las elecciones al Congreso en las que Morris aspiraba al Senado. Ella ya había logrado su objetivo de sindicalizarse para conservar su puesto de trabajo. Antes de hablar con ese medio la presunta víctima buscó a Mónica Godoy una feminista radical del Polo para que la ‘asesora’ en lo que tenía que decirle a El Espectador, lo dice la misma nota.

Porqué buscar la ‘cancelación’ de un hombre, porque vulnerarle su buen nombre, su derecho al trabajo, su honra, porqué pasar por encima de sus hijos y arruinar su figura paterna?

Al menos curioso que la editora de género de El Espectador que recepcionó la denuncia de acoso laboral contra Morris nunca quisiera conocer los testimonios de las otras personas, varias mujeres entre estas, que conocieron como era la relación diaria de Morris con cada una de las personas que trabajaron en su UAN, en el Concejo de Bogotá.

Una de estas feministas también del Polo Mujeres, Juana Afanador, trabajo por un periodo en la UAN de Morris en el Concejo y en su momento no le fue renovado su contrato, hecho denunciado en redes sociales por una misma compañera de trabajo de la UAN de Morris, porque no iba a trabajar! Hoy después de las denuncias de las ‘presuntas’ víctimas de Morris a Afanador no se le agotan los motivos para seguir atacando a Morris…

Nadie se acuerda que fue Afanador la que firmó en 2016 en El Espectador una investigación contra Enrique Peñalosa por presuntos títulos académicos del ex alcalde en la que en realidad habría utilizado material de una investigación de la periodista María Antonia García de la Torre. Sí, la misma de los ‘besos robados’ en una noche de copas en Madrid en 2011 con Morris, hecho por lo cual esta le reclamó en su momento al entonces concejal sobre porque Afanador no le había dado el crédito por su investigación. Cosas de feministas!

Foto: Redes sociales

El feminismo radical se siente excluido del gobierno del Cambio y por eso su lucha se centra ahora por intentar ‘cancelar’ a cualquier hombre que tenga la más mínima denuncia de acoso sexual, laboral o cualquier tipo de violencia de género. No importa que los presuntos victimarios no tengan denuncias penales o disciplinarias, que no hayan fallos condenatorios.

 

También ahora se cuestiona lo que muchos ya denominan como «feminismo selectivo» por que arremete incluso contra mujeres que desde posturas no radicales, defienden el derecho al debido proceso, como es el caso de la abogada con especialización en derecho constitucional Cielo Rusinque Urrego, directora de Prosperidad Social a quien también por medio del “Escrache” intentaron “cancelar” e impedir que se posesionara en el cargo encomendado por el presidente Gustavo Petro. Después se supo que el temor que tenían era que Cielo Rusinque se quedara con el nuevo Ministerio de la Igualdad y Equidad, que quedo en las manos de la vicepresidenta Francia Marquez; Y donde al parecer buscan aterrizar y tener varios cupos burocráticos.

 

Si a los presuntos acosadores les comprueban penalmente su responsabilidad en estos delitos que sean condenados ejemplarmente, ni más faltaba que no. Sino que un juez los absuelva. Defendemos el derecho a la defensa, al debido proceso de cualquier mujer u hombre. Su presunción de inocencia, su derecho al buen nombre y a la honra. Al trabajo; y siempre lo haremos.

Hoy en día para algunas feministas una simple invitación a tomar café no pedida, puede servir para acabar con el derecho al buen nombre, a la honra y al trabajo de cualquier hombre…Una simple mirada también.

Ahora lo más aberrante resulta cuando las denuncias son contra los amigos de ellas, las feministas.

Como entender que exista un colectivo feminista, @rosasdiscidentes, que sea ignorado por congresistas como la representante a la Cámara por Bogotá Jennifer Pedraza militante de Dignidad, el partido de Jorge Robledo, cuando varias de sus mismas militantes han señalado de acosador al excandidato a la alcaldía de Bogotá y panelista de Blu Radio, Aurelio Suárez?

El feminismo selectivo en el Moir y el debido proceso…

Feminismo selectivo

Instrumentalizar a algunas víctimas de violencia de género para que denuncien por una causa política es aberrante. No hacerlo por solidaridad de género, sino por atacar a un gobierno o por sacar del camino a un adversario político como hicieron algunas feministas del Verde y otras del Polo Mujeres con Morris, es estar a 180 grados de la paz total!

Ahora tienen en el ojo del huracán al secretario administrativo de la Presidencia, Mauricio Lizcano, quien acaba de ser denunciado anónimamente por una mujer quien le contó su historia a Vanessa de La Torre para publicarla en el Diario El País de España.

Dentro de la denuncia se hace referencia a que el exsenador habría invitado a la supuesta víctima a beber licor en su oficina para luego pasar a acosarla sexualmente, pero de inmediato salieron varias mujeres de la UTL de Lizcano que trabajaron con él durante años; y también su esposa, la penalista Catalina Mesa, a aclarar que nunca el entonces presidente del Senado mantuvo licor en su oficina.

Lo anterior también lo confirmó la ex ministra uribista María Consuelo Araujo en Blu Radio donde aseguró que conocía muy bien a Lizcano y que este no bebía licor.

Este comunicado de Presidencia deja claro que respalda cualquier investigación que se adelante en el Congreso por violencia de género si se presentan denuncias formales. Que los resultados deben ser expuestos ante la opinión pública, los medios y las autoridades competentes para sus fines pertinentes si da lugar a ello. Pero aclara también que cualquier actuación debe siempre preservar el derecho a la honra y la presunción de inocencia consagrados en la Constitución.

Si aplica para los congresistas entonces no debe circunscribirse solo a ese escenario legislativo, sino a cualquiera otro, como el judicial, el ejecutivo y otros.

Entonces es aquí donde nos toca preguntarnos a todos, ustedes y nosotros, varias cosas sobre el caso del ex concejal y ex candidato a la Alcaldía de Bogotá Hollman Morris:

  1. ¿Ha sido Hollman Morris condenado por algún juez de la República?
  2. ¿Porqué la Fiscalia (uribista) le archivo las dos denuncias penales que recibió?
  3. ¿Se le violaron los derechos a la honra y la presunción de inocencia a los que hace referencia el comunicado de la Presidencia de la República para el tema de las violencias en el Congreso?
  4. ¿No se le está violando el derecho al buen nombre por el que Morris lleva 20 años luchando por solo registrar los crímenes del Estado y los vejámenes de la guerra?
  1. ¿No se le está violando el derecho al trabajo?
  2. Al caso, no quedó demostrado que nunca existió violencia económica contra su núcleo familiar y que un juez le redujo la cuota alimentaria que le pagaba a su núcleo familiar?

Desde La Otra Voz, rechazamos la instrumentalización de algunas víctimas de violencia de género. Nos apartamos del machismo y del feminismo radical como herramienta política contra los hombres. Y siempre abogaremos para que cualquier hombre o mujer no pierda nunca su derecho a la defensa, al debido proceso, a la presunción de inocencia, al buen nombre, a la honra y al trabajo, respetando los fallos judiciales proferidos en derecho por los jueces de la República.

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